jueves, 8 de noviembre de 2012

COMIENZOS...

Las cosas han cambiado.

Muchos no podemos vivir de lo que nos gusta, pero por suerte algunos podemos dedicarnos a otro tipo de habilidades:

Desde siempre se me daba bien "la aguja y el dedal". Yo misma me hacia trapitos; tops con toques originales, bolsos, vestidos, e incluso desarmaba pantalones para dejarlos a mi talla o chaquetas de cuero para adecuarlas a un estilo moderno y a mi propio cuerpo.

Al cabo de los años me di cuenta que desarrollar tal afición como futura profesión iba a ser algo que no me daría mucho dinero y excesivamente sacrificado. Las costureras no son consideradas, "se trabaja mucho y se gana muy poco".



Al descubrir el Diseño Gráfico vi en ello una vía de escape a mi vena artística de la que podía esperar un futuro mejor. Pero como ya digo, las cosas han cambiado, y en los tiempos que hoy vivimos me he visto obligada a pensar. Así que se nos ocurrió (a mi madre y a mi) volver a dedicarme a la costura nuevamente, pero esta vez no era como afición sino para ganarme un dinerillo. Me apunte a la escuela de idiomas y de pronto me vinieron un montón de clientes en Semana Santa. Asi que tuve que elegir.

Aprender o trabajar.